El presente libro tiene por objetivo compartir las riquezas que hay en la palabra de Dios, en cuanto a la edificación de su iglesia. Explicar los propósitos de Dios en Cristo Jesús, para levar a cabo su magnifica obra. Para lograr este objetivo, es deseable que el lector tenga la disposición para que examinemos juntamente los distintos textos de las Escrituras que estaremos usando, y al mismo tiempo, buscando la sensibilidad para dejarse levar por la palabra de Dios, a fin de comprender con la mayor claridad cuales son los propósitos por los cuales es tan importante ser discípulos del Señor Jesús. El consejo del Señor es recibir la palabra con mansedumbre (Stg.1:21-2), Si algo está escrito, para un creyente, eso es una verdad absoluta, aun cuando no comprendamos lo que quiere decir. Si está en la palabra de Dios, es verdad, y nuestro corazón no debe contender contra la verdad. Tampoco podemos juzgar la palabra de Dios con nuestra mente natural o con sabiduría humana. Baste decir que Dios ha desechado la sabiduría de los hombres y se ha revelado a los pequeñitos. (Mt.1:25): El apóstol Pablo escribe: “Si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que legue a ser sabio.”
(1Co.3:18). Por tanto, es importante tener un corazón moldeable, sensible, y deseoso de oír al Señor hablándonos por medio de su palabra, y así poder aprender de él.
Muchas veces podemos impedir que el Señor se muestre a nuestras vidas más abundantemente, por causa de rechazar aquelas cosas que no entendemos o que no concuerdan con lo que tradicionalmente hemos oído. Pero “oirá el sabio, y aumentará el saber”. En la sinagoga de Berea, los judíos de aquella
ciudad oían algo distinto a lo que siempre les fue enseñado, pero escudriñaban cada día las Escrituras para ver si las cosas que Pablo decía, eran así. (Hch.17:10-12), y la Escritura dice que ellos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, porque recibieron la palabra con toda solicitud. Así,
amado lector, espero que Ud. pueda tener ese corazón abierto para decir: Señor háblame por tu palabra.Esperamos poder explicar el profundo sentido que tienen las palabras del
Señor al comisionar a sus apóstoles para levar el mensaje a todo el mundo, y cómo está relacionado ese mandamiento con la obra de Dios revelada a Moisés en el Tabernáculo y a David en la construcción del Templo que edificara Salomón. Toda la Escritura testifica de Cristo, y de los propósitos de Dios para con su pueblo en Cristo Jesús.